4 abril 2015
Hace cuatro años, justo tal día como hoy, tropecé con ella, con Carmela, la Huella de Carmela. Me gusta la gente rara que habla raro, que los tratan como raros y que viven como raros … gente sencilla que hace cosas sencillas … solo eso, gente que vive sencillamente.
Es cierto, cada vez, igual que escribo, yo también me vuelvo algo más raro. Yo lo noto, me lo digo, lo escucho y hasta me oigo. Esta mañana se lo contaba a uno de mis interlocutores-e ocasionales y él no sabía lo que le decía cuando le proponía usar la ciencia que ocultaba el título de esta bloguería. Puedes contar palabroides así y la gente que se deja impresionar fácilmente o no se siente nunca muy seguros de si mismos, se lo tragan, se callan, se lo apuntan y cuando llegan a casa se ponen a buscar la palabreja. En este caso no perdáis el tiempo, no existe en el diccionario pero no por eso no deja de existir y si no existe no es porque no sea una palabra utilizable, pues de ponerla definir se referiría, sin duda, al gesto que plantea nuestra querida Carmela en este video genial y muy recomendable para la reflexión, aunque solo sea para el tiempo que dura el video. No os lo perdáis, es pura Energecología, y si sois capaces de verlo, pasárselo a vuestros amigos, a vuestros hijos, a vuestros nietos y a vuestros alumnos, si los tenéis. Este video debiera visionarse en las escuelas, es La Huella de Carmela …
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