25 mayo 2016
Recuerdo un tiempo en que todos cantábamos al grito de "me gustan gordas, gordas, gordas" y nadie se asustaba. Lo de la delgadez extrema que ilustra algunas de las letras de las canciones de uno de mis ídolos cantores, lo es al referirse a síntomas evidentes de enfermedad o de falta de vida. Los tiempos han cambiado tanto que ya no se nos deja brindar por la orondez, por las curvas pronunciadas y por todo eso que algunos aún llamamos deseo. Mantener la línea no es un asunto de salud como nos quieren hacer ver, es solo el macro-culto al body que se impone por encima de cualquier otro criterio, es el mas claro ejemplo de un deformado sentido del amor propio, es, tan solo, una deformación muy próxima al narcisismo acérrimo. Hombres depilados y mujeres al borde del objetismo. "Me he hecho la brasileña", "me voy a quitapelos" o el ya más clásico "no es lo que parece, cariño", es el pan nuestro de cada día y el objetivo principal, lo último, de un modo de vida que se me hace algo torpe y altamente peligroso.
"Claro, Enrique, a ti te gustan las orondeces porque tu estás como un tonel" - Vaya, creo que no me han interpretado bien mis amigos cafetulianos de esta tarde. Les dejo y mientras cerrábamos, un paisano y yo, una especie de acuerdo vital, aburrido espacio de tiempo no malgastado, pero poco grato comparado con el siguiente, que no es otro que el del grupo en torno a mi. Todos se arremolinan en mi mesa, cuando han visto que hemos terminado la charla del acuerdo, como adorando las virtudes de ese precioso iPad que les muestro y es entonces, justo entonces, cuando les convenzo de que las orondeces son bellas mostrándoles esta foto que ayer me regaló una amiga del Feisbuc. Boquiabiertos se han quedado, XD, ¿eso que es?, me dice uno, mientras los demás me piden la dirección para que su hijo se la baje de la nube.
Imagen: http://weloversize.com/queridodiario/ser-gorda-estar-buena-es-incompatible/
Me adoran, lo sé, pasa que a veces hay que ayudarles un poco para ello. Son como niños