martes, 4 de agosto de 2009

Vida nada me debes, vida nada te debo, vida estamos en paz


4 agosto 2009: 

Es cierto que cuando crees que eres imprescindible es cuando más fácil se hace que prescindan de ti.
No hablo solamente del mundo laboral, de eso la sociedad actual y sus excéntricos y vulnerables ejecutivos formados del barro del pragmatismo ya se han encargado de ahuyentar cualquier romanticismo sobre el mito del “empleo para toda la vida”.
Desde un punto de vista más personal, en el mundo más próximo, en el de la familia y los amigos, no sé qué decir, veo de todo, tendré que dividir mi alma entre la razón, que no sé donde está, lo que yo quisiera, y lo que es.
Es triste no saber el nombre de los nietos de tus primos, si, es muy triste, pero a veces no sabemos ni los de sus hijos. Veo hermanos que tardan años, casi décadas, en verse. Pero también veo hijos casados, que llaman todos los días a sus padres para saber si le duelen las uñas o si se ha caído la cola del periquito como yo hice durante muchos años con mi Madre.
Queremos ser mayores a toda velocidad y lo conseguimos. Desperdiciamos la esencia de la vida sin saber cómo ha pasado y queriendo ser mayor, oh, horror, que miedo,

  • ¿Qué me pasará cuando llegue a la madurez?

Pues resulta que, aunque creas que eso nunca llega, pues llega, pero no pasa nada, todo lo contrario, es la mejor etapa de la vida de una persona, por muy "bicho" que sea, o haya sido.
A mí, a la fuerza, la vida me ha madurado muy pronto y no me ha permitido seguir conduciendo un fórmula 1 hasta el día del juicio final, cual siempre cree uno que va a hacer, cuando es joven, o casi joven.
Los viejos son viejos y siempre han sido viejos, esa es la impresión que tienes cuando eres joven, ¿verdad?...Pues ya ves, no es así. 
Mi querida DFEH me sacó del bólido y me metió en un tranvía del cual nunca quisiera bajarme ya.
¿Pero como no me vine antes a este trolebús que parece "un tranvía llamado ..."?
Esa tardía pregunta me la tenía que haber hecho, quizás, hace muchos años. Ahora toca vivir, vivir intensamente, aunque eso no sea, precisamente, tener que tirar la casa por la ventana como algunos creen y hacen.
Mira, ahora:
  • Ya no hay prisas ni semáforos en ámbar que pasar.
  • Ya no hace falta llegar una hora antes a tu trabajo para poder tomar tu primer café y leer el periódico sin que nadie te moleste.
  • Ya no es necesario quedarte hasta las nueve de la noche en la oficina ni levantarte el domingo a las seis de la mañana para ir a jugar al tenis con el gilipolla del Juanjito de turno para a las 10 estar de vuelta en casa y "sacar" a los niños.
  • Se acabaron las colas y las “caravanas de Agosto” y el vamos que llegamos tarde al cole.
  • Ya no llegas tarde a las comidas de Navidad y ni siquiera a la Misa del gallo, aunque no vayas.
Ahora todo está bien, donde tiene que estar, ahora puedes decir aquello que se dice en el título de este post:
  • Vida nada me debes, vida nada te debo, vida estamos en paz
Hoy una amiga virtual, Charo, me ha mandado un pps que no puedo reproducir aquí pues es solo para una minoría de afortunados, es solo para gente de más de 50 años... bueno, sí, lo dejo para el final.
Es una presentación magnífica con fotos, música y textos para recordar y no olvidar... 
Se trata, en el pps, de dar a conocer que no hay que tener miedo al pasar de los "muchos" años.
Una frase robada de ese bonito regalo, es parte del título, otra que me ha cautivado, reza así:
  • Hoy es aquel futuro del cual estábamos tan temerosos ayer. Y ya ven todo salió bien. Después de todo….. ¡aquí estamos!



 


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