23 agosto 2014
Hoy es como si fuera fiesta, sí, un día de esos en que algo especial tiene que suceder, (como así fue hace hoy, ya cuarenta y un años), y, si el tiempo y algún astro divino no lo impide, sucederá. Quizás, según me contaban anoche, ya de madrugada, que muchas veces, esas cosas, las que deseamos, simplemente suceden por ello, por desearlas y hacerlo, imprescindiblemente, con ausencia de cualquier gesto de soberbia y/o de egoísmo innecesario. Hoy, no hay más ver el color de cara que, ya, tiene el día, hoy va ser un día extraordinariamente largo y feliz.
Felicidades, chaval, cuarenta y uno no son nada
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